A finales del siglo XIX hubo numerosos escritores de sensibilidad contestataria, cuando no abiertamente anarquista, hoy olvidados por la historiografía oficial. En Francia, destacaron Zo d’Axa (París 1864–Marsella, 1930) y Lucien Descaves (París, 1869-Ídem, 1949), compañeros de lucha en la prensa libertaria.

Relato en primera persona de las vivencias de su autor, Recuerdos de un proscrito (1895), narra con agilidad e ironía la lucha de Zo d’Axa por el derecho a expresarse con total libertad, así como su accidentado periplo vital: su incendiaria actividad periodística, desarrollada durante la oleada de terrorismo anarquista en Francia de 1892-94, y la exótica huida que, en tanto periodista convicto, le llevó por media Europa y Oriente Próximo hasta su detención en las inmediaciones de Jerusalén. La novela se acompaña de un prólogo ilustrado y un anexo con las ilustraciones del segundo proyecto periodístico de Zo d’Axa, la feuille.

Durante la Primera Guerra Mundial, Lucien Descaves fue uno de los pocos autores que no sucumbieron a la euforia patriótica: en El triunfo de Ratón reflexiona en clave poética sobre la figura de la rata y el ratón (más que personajes de fábula, dañinos roedores que pululaban por osarios y trincheras) para denunciar el sinsentido de una carnicería. La obra fue prohibida por la censura de guerra francesa y no se publicaría hasta 1920, una vez terminada la contienda. El libro fue ilustrado por el gran dibujante francés Lucien Laforgue.